Otra vuelta de tuerca (The turn of the screw) plantea una serie de interrogantes que ilustran a la perfección el concepto de moral victoriana. Haceos una cuantas preguntas como las que formulamos a continuación y leed el fragmento de texto que sigue:
- ¿Qué tipo de relación mantuvieron Quint y la señorita Jessel en vida para que la narradora y Mrs. Grose estén horrorizadas?
- ¿Qué es lo que les parece tan horrible de la relación entre Quint y su señor?
- ¿Qué podían hacer realmente Quint y Jessel con dos niños tan pequeños?
- ¿Cuáles han sido las razones de la expulsión irrevocable de Miles del internado?
La moral victoriana es un fenómeno sociológico que está correlacionado con la prosperidad material de la burguesía durante aquel tiempo y que provocó el que los valores éticos de este grupo social se convirtiesen en la única escala de valores aceptable socialmente: el autoritarismo patriarcal en la familia; la condena hipócrita de cualquier hecho relacionado con el sexo; la gazmoñería en las costumbres; la huida de cualquier referencia a lo desagradable de la vida y en general la defensa del orden establecido basándose en un respeto falso eran las claves de aquella vida social que se resistió duramente a aceptar cualquier tipo de cambio o innovación que alterase alguno de aquellos valores.
La característica más notoria de las costumbres sociales de la época fue el puritanismo moral, cuyo símbolo máximo se encarnó en la Reina Victoria (según Lytton Strachey, ese rasgo sólo se acentuó después del fallecimiento de su esposo, en 1861), caracterizado por una exacerbación de los principios morales, y en la represión sistemática de las pasiones, en particular las de orden sexual.
Cualquier desviación de conducta se calificaba como libertinaje. La pureza moral como ideal social ocultaba una evidente hipocresía o doble moral, denunciada por el propio Strachey (Victorianos eminentes) y por el fundador del psicoanálisis, el austríaco Sigmund Freud, que interpretó las enfermedades mentales y neurosis como derivadas de la represión sexual. La figura real de Jack el destripador muestra hasta qué punto la sordidez del mundo de la prostitución en callejuelas portuarias no era ajena a los personajes de la alta sociedad londinense. En el mundo de la ficción, la misma realidad dual es genialmente representada con El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde, 1890), El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (R. L. Stevenson, 1886) o Drácula (Bram Stoker, 1897).
Por otro lado, preguntaos quién ve realmente a los fantasmas y las distintas posibilidades que se pueden plantear sobre ello.